Sucede que a veces la vida mata.
Bostezas y te queman agujetas en las alas,
y el invierno saca su revólver,
te encañona en las costillas,
y huele a pino el coche y el mar a gasolina.
De un tiempo a esta parte llego siempre tarde,
me han vencido viejos fantasmas, nuevas rutinas,
y en cada esquina acecha un ratero,
para robarme las alhajas,los recuerdos,
las felicidades.
Últimamente ando algo perdida,
y dudo que en ningún bar me puedan servir,
todo el alcohol que necesito para olvidar.
Qué va a ser de mí, si te necesito.