sábado, 28 de noviembre de 2009

Infinito y más

He oído muchas veces lo de: "los niños es que son muy malos" o lo de "los niños a veces son un poco crueles". Yo creo que es cierto, la verdad. Para qué negarlo.

Cuando eres un niño y de repente un día entras en la clase con unas playeras nuevas, te equivocas al hacer un problema de matemáticas delante de toda la clase o te ponen gafas, hay que tener por seguro que: pasar desapercibido, va a ser que no vas a pasar. Por lo menos, no ese día.

Otra de las características importantes de ser un niño es que cosa que detectan, cosa que te dicen. No hay lugar para la vergüenza, los modales o el protocolo. Qué felicidad.

La verdad que echo de menos muchas cosas asociadas a la infancia, (y más en estos días): la espontaneidad, la chispa, la ilusión, la honestidad o la LIBERTAD. En la infancia, está la libertad de poder decir o hacer lo que te venga en gana, (que se mantiene a medida que nos hacemos adultos), diferenciándose de ésta en que no está edulcorada por todos esos matices o evaluaciones añadidas derivadas de ser seres humanos más maduros y muy, muy, complejos.

Sin embargo, la LIBERTAD de la que quiero escribir y pronunciarme en este caso, no es la libertad personal sino el sentimiento de LIBERTAD que se respira y se crea CON TU GRUPO DE IGUALES EN LA INFANCIA. LA LIBERTAD QUE TIENES CON TU GENTE.

La libertad a la que me refiero, genera tal sentimiento de subidón que vivimos bastante felices. El poder estar TODOS JUNTOS haciendo lo que nos dé la gana, (uno comiendo un flash, tres jugando al fútbol, dos criticando a la profe de turno, etc.), de forma diferente pero simultánea, genera una energía bastante chula. Ahí estamos todos tan felices y de subidón permanente cual fiesta americana, (o Farmaton Complex ), pero como nos mola, nos basta. Y no me basta a mí, nos basta a todos.

Simplemente no hay dobleces, no hay mala idea. Con esto no digo que seamos angelitos. Para nada. También hay maldad, lo que ocurre es que al niño "mataperro" se le ve venir desde muy, muy lejos XD. Si alguien viene y me dice: ¡gafúa!, yo le digo: ¡infinito y más tú!. Y me quedo más a gusto que un arbusto, pero sin mal rollo. Que están jugando al mundialito y llego tarde, pos me espero, (¿qué es lo que voy a hacer?). Cuando termine la pachanga, pos haremos los "capis" de nuevo y me meteré.

Todas estas situaciones que parecen tan simples, "digi-evolucionan" de una manera meramente asombrosa a medida que vamos creciendo. Si viene uno y me dice: ¡gafúa!, yo cojo y me quedo trabadísima porque "hay que ver lo que me dijo", porque "mira tú, éste que se cree" o si estoy rápida de reflejos le doy una contestación que calla hasta el Papa y aparte de que no le hablo más, "se va a enterar de aquí en adelante". Con el ejemplo del mundialito más de lo mismo: "menuda excusa barata", "que más les dará, lo que quería es que no jugara", "psss, machista éste...". He aquí lo que tiene convertirse en una persona madura con matices ¿no? (espérense, espérense que voy ya a tirar los voladores).

Todo este discurso viene porque a pesar de considerarme una persona en condiciones y una mujer de bien, (jur jur jur), siempre he pensado que hay algo de la fórmula mágica para ser un adulto "estándar" que debió derramárseme por el camino. Simplemente considero que sigo conservando un punto de ingenuidad o de pequeña chispa muy mío, que ahora mismo, noto que estoy perdiendo a pasos agigantados. Y esto, (no se hacen idea), LO QUE ME REVIENTA Y ME JODE.

Porque para mí, si dices las cosas de corazón se puede decir todo (así te caiga la del pulpo). Porque para mí la mentira es una cosa tan, tan estúpida que no vale la pena ni utilizarla, (si al menos fuera eficaz y sirviera para algo pues vale, pero es que siempre te acaban pillando tío), por lo que no miento y no suelo ir con el pensamiento de que me van a caer más mentiras que verdades cuando me relaciono con los demás. De igual forma, si noto que he hecho algo mal, no creo que se me caigan los anillos por disculparme. Me puede gustar más o menos, pero si pienso que está mal hecho es lo que hay. Lo asumo y punto. Simplemente pienso así, no sé.

Nota: no me he vuelto un querubín ni nada por el estilo pero intento, (a veces lo conseguiré y otras no), seguir estas pautas de conducta en líneas generales.

El problema con todo esto es que me estoy dando cuenta que esto no es lo normal, sino que es lo raro. Que es pan de cada día que la gente te suelte una bola detrás de otra y que te diga "a" cuando quiere decir "b" para no herirte, (mira tú como piensan en mí) o para no mostrar su error, (no vaya a ser que salgan a la luz sus "debilidades"). Deben pensar: ¿pa' qué?.

Por ello, ya llevo un tiempo sintiendo que me doy a los demás de forma sincera, (con mis defectos y virtudes), pero que recibir algo parecido, no lo recibo en la vida. Y no me refiero con el extraño de turno, (que también podría ser), sino con la gente que quiero algo. CON MI GENTE. Igual lo que pido puede ser que esté está ahí, ahí, con caminar sobre las aguas del mar Muerto o con volar cuál Batman. En fín...

Con esto no deseo un trato especial, con más afectos o con más paños calientes de lo normal. Sólo el abanico de cosas que creo que me merezco, (y que hoy por hoy), llevo mucho tiempo sin presenciar, (ya me explicaran por qué). Sólo quiero que sean honestos conmigo. Que si alguien la caga, se disculpe. Que si me merezco un grito, me lo peguen. Que si digo: "estoy hecha una piltrafa", me crean y no sigan más allá. Y mañana ya será otro día, coñeeee. Y como estoy cansada de tanta complicación, teoría metáfisica y rencores latentes, DIMITO.

A partir de ahora cierro el grifo. Y si al final resulta que pasa un año, dos, tres, (o los que sean), y de 20 "amigos" me quedo con 2, pos habrá que asumirlo. Porque ahora mismo no tengo interés ninguno de hacer ejercicios de comprensión y empatía con toda esa gente que por lo visto, no sólo no lo hacen conmigo sino que no me pasan ni una. Será que no se lo merecen...

No se hacen idea de lo cansada que estoy de mostrarme "vulnerable" con la gente, ("vulnerable" porque debe de ser que el mostrarse con imperfecciones está considerado como un signo de debilidad en el siglo XXI, que no se pueden permitir los seres humanos ahora convertido en dioses, digo yo...).

Todo esto me da mucha pena y me estoy avinagrando y volviendo cada día un poquito más gris. Como si me hubiera pasado al lado oscuro, estoy empezando a desconfiar de todo y de todos por autonomasia. Por otro lado, ya pocas cosas, (o personas), me hacen gracia, me sorprenden. Y lo peor de todo, es que estoy perdiendo el pensamiento de que a pesar de los fallos o defectos que puedan tener, la gente tiene buena intención. Es más, estoy llegando a asumir que se trata de una situación tan normal, que cada vez más me cuesta tener una actitud positiva con la gente porque pienso que igual se queda en nada y que voy a llevarme un palo detrás de otro. Es como si hubiera perdido la ilusión. Mi ilusión.

Sé que no se puede generalizar y que no se deben hacer las cosas pensando en lo que puedes recibir, (e intento no hacerlo), pero cuando no recibes nada en una larga temporada y no estás en tu mejor momento, qué quieres, también te mosqueas oye.

Así que todo esto se acabó. Me niego a convertirme en un adulto gris y a perder lo que me queda de esencia. Así me convierta en un cangrejo ermitaño.

Firmado
Infinito y más